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¿Por qué el humano debe vivir una sexualidad abierta?

¿Por qué el humano debe vivir una sexualidad abierta?

Para entender por qué el humano debe vivir una sexualidad abierta vamos a analizar varios contextos empezando por Freud. Freud desde su experiencia médica en aquellos días en que la enfermedad de la histeria tenía gran protagonismo en su consulta y referente a la sexualidad nos hizo comprender como se genera el malestar psíquico en el interior de nuestra mente. Señalando a la represión sexual a la que somos sometidos tempranamente. Donde hace una clara diferenciación entre sexualidad y genitalidad. Enfatizando en sexualidad como un proceso socializador que ayuda al individuo a ajustarse a la realidad que lo rodea, y a la genital como al coito o cópula sexual.

En el libro “Estudios sobre la histeria” Freud expone que el individuo para integrarse a una sociedad, prescinde bajo ciertas condiciones de sus necesidades sexuales mas arcaicas; siendo estas necesidades sexuales primarias una de las raíces de conflicto psíquico mas frecuentemente encontradas en el individuo. Conflicto que tarde o temprano aflora como síntoma, traumáticamente surgido por el mecanismo de la represión o negación de la conciencia.

Por otro lado desde la perspectiva de la psicología oriental se pone el énfasis en el estado de la conciencia como frontera definitiva para la solución de los propios conflictos psíquicos. Responsabilizando a la persona como la única y ultima en la búsqueda de su auxilio. No así para la psicología occidental en estos días en donde la solución de los conflictos psíquicos buscan resolverse de forma externa, con un enfoque estrictamente científico; que desraíza al individuo de su conciencia espiritual perdiéndolo de vista como ser multidimensional.

Desde el enfoque de la psicología oriental, para entender como las primeras experiencias sexuales nos afectan y nos moldean en la adultez. Las escrituras tántricas plantean una secuencia del desarrollo sexual, que no deja indiferente a nadie; todo lo contrario hay una gran lucidez en sus enseñanzas. Desde esta posición la idea es conducir a la persona a la meditación sin afectar el momento de maduración en el que se encuentra, sin reprimir al animal, al niño interior. Ya que desde la psicología del tántra la sexualidad es meditación; la sexualidad es el medio que dio origen a la creación del universo. Con lo cual reprimir nuestra sexualidad es reprimir nuestro ser real.

Para poder comprender al individuo en especial al adolescente es preciso no solo explorar en el panorama emocional, mental y hormonal; sino que es fundamental también dar una mirada al panorama energético, es decir analizar como se despliega la energía sexual en nuestros cuerpos y como nos afecta. El adolescente debería vivenciar el amor en un espacio libre para permitirse el desenfreno hormonal de la adolescencia en un contexto flexible, comprensivo, amoroso, consciente e inteligente. Es decir permitirle un espacio de experimentación sexual, para que profundice más en el amor y evitar así la superficialidad en las relaciones sociales.

De no ser así, los jóvenes pasan a tener relaciones sexuales de forma furtiva, inconsciente y muy inmadura. Con consecuencias para nada enriquecedoras, a veces traumáticas: embarazos no deseados, abortos, abusos sexuales, problemas de enfermedades sexuales, etc. Hay que entender que para llegar a desarrollar una relación amorosa se necesita una profunda intimidad; la cual no va a suceder en el marco de unas relaciones sexuales reprimidas, censuradas, furtivas, o superficiales. Por que se pierde la dimensión profunda del amor.

No estoy alentando al libertinaje, o a la promiscuidad o a la pornografía. Cuando hablo de liberar sexualmente a los adolescentes me refiero a permitir al adolescente desarrollar una relación profunda con su pareja, una relación amorosa en la que puedan conocerse realmente. Para ello hemos de comprender como transcurre la sexualidad desde la infancia y expondré el desarrollo sexual en  etapas por las que pasa el infante camino a la adolescencia que es donde inicia la adultez:

La etapa autosexual, la etapa homosexual y la etapa heterosexual. Puede que de una etapa a la otra no haya un tiempo concreto ya que este paso puede estar limitado por el contexto en el que el niño se desarrolla. Puede surgir un estancamiento de una etapa a la otra alargándose hasta la edad adulta; dándose un acoplamiento a alguna de estas etapas sexuales.

En primer lugar ocurre la etapa autosexual en la que la sexualidad esta orientada al disfrute del propio cuerpo, el niño esta centrado en su cuerpo. Ama su cuerpo y disfruta jugar con el y las sensaciones que este le genera. Por ejemplo el reflejo de succión es el reflejo mas primitivo y erótico de todo su cuerpo, ya que la succión le provee todo aquello que el necesita para satisfacer sus necesidades primarias. Motivo por el que suelen llevarse todo a la boca. La alta sensibilidad de esta zona les da mucho placer además de calmarles cuando se sienten inseguros o nerviosos.

Entonces sin proponerselo un día se hacen conscientes de sus órganos sexuales, y sin saber que son sienten placer. Se los tocan y empiezan a jugar y a experimentar de forma inocente, pasiva y activamente. Esta estimulación no tiene nada que ver con la masturbación como lo entendemos los adultos, ellos simplemente se tocan porque eso les da calma y satisfacción. Se auto-conocen a través de esta autoexploración.

Los padres no deben asustarse ni reprimir si ven estas conductas en los niños, son perfectamente normales, esenciales y sanas, incluso puede ser muy contraproducente si se les reprime o regaña. Pues se corre el riesgo de anclarles en esta etapa y en la adultez tendremos un adulto insatisfecho y obsesionado con el sexo, o con la masturbación o con problemas de adicciones (alcoholismo, tabaquismo), etc.

En la segunda, la etapa homosexual, el niño pasa a enamorarse ya no de sí mismo como en la autosexual sino de los de su mismo sexo. Empezara a amar a otros cuerpos pero cuerpos similares al suyo, pues le resultara más familiar y esto le permitirá relacionarse mas fácilmente. Las niñas amarán a otras niñas y los niños a otros niños. Esta fase pasará a la siguiente de forma atraumática y natural si su entorno no es restrictivo, y la dejará atrás para adentrarse en la fase heterosexual.

Si hasta aquí llegase a pasar, un drama de separación con los otros cuerpos similares al suyo, habrá como resultado un estancamiento en su desarrollo sexual. Quedando anclado el infante en la etapa homosexual. La cual puede verse reforzada al  someter al niño a ambientes donde es separado según el sexo; es decir el infante no tiene permitido interactuar en ambientes mixtos, perpetuando de esta forma la etapa homosexual de desarrollo. Y ya no solo los ambientes si no actitudes de los padres: desaprobación, crítica constante y no permitirles juegos de niñas a los niños y viceversa. Creando un barrera hacia la etapa heterosexual.

Pero si el niño a saltado exitosamente de la etapa autosexual, a la homosexual y se le ha permitido interactuar con niños de ambos sexos de forma espontanea; sin ser reprimido o censurado sexualmente en los juegos, pasará de manera natural a la fase heterosexual. En la que podrá enamorarse del sexo opuesto de forma madura y sana. La que ocurrirá con el apogeo de sus hormonas entre los 14 y los 21 años, fase en que se le deberá permitir vivir una sexualidad de forma completa, intensa y en libertad.

Porque de ser reprimido pasará a tener un obsesión sexual en la adultez, pudiendo pasar a ser del grupo folclóricamente llamado “ viejos rabo verde”, es decir, alguien sexualmente reprimido y eternamente insatisfecho. O con alguna otra perversión sexual. Esta libertad deberá ser precedida por la respectiva educación sexual en la que se dé una transmisión de conocimientos acerca de una sexualidad sana y segura. Misma que al ser entregada, respetará las experiencias sexuales de los adolescentes, ya que este paso es fundamental hacia la independencia como adulto.

Llegado hasta aquí quiero aclarar que no pretendo enjuiciar o rechazar con este post a la homosexualidad como tal. La sexualidad es algo natural y la experimentación sexual esta bien y también es natural entre individuos del mismo sexo. Lo que no esta bien es la homosexualidad impulsada como un fenómeno religioso; resultado de una premeditada represión sexual promovida por las religiones, causantes de una perturbación en los patrones del movimiento de la energía sexual normal del cuerpo humano.

Las religiones instituto-nacionalizadas niegan y rechazan la sexualidad como parte divina y humana en los individuos; imponiendo dogmas sexuales como la castidad, el celibato, la virginidad y la abstinencia como virtudes religiosas. La batalla y rechazo no debe ser contra los homosexuales, ellos son victimas de un condicionamiento y adoctrinamiento religioso perverso, de un sistema enfermo. Y por supuesto si censuran tu naturaleza te desdoblas y te vuelves un trastornado.

Debemos tener una actitud compasiva y amorosa hacia este colectivo, ya bastante sufrimiento les causan sus conflictos internos y el fuerte rechazo recibido. Encima las mismas religiones los persigue, los pone contra la pared y los despoja de sus derechos. El rechazo es hacia las religiones, debemos ser conscientes del origen, y el origen es una educación represiva orquestada por las religiones instituto-nacionalizadas y la política.

El sexo es energía sin refinar. Tiene que ser transformado y es a través de la transformación que hay trascendencia. Las religiones en lugar de transformarlo lo han estado reprimiendo y si lo reprimes es natural que termines convirtiéndote en una persona pervertida, en alguien que se llega a obsesionar con el sexo” Osho.

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