¿Piensan los animales, tiene propósito su vida?

Siento mucho respeto por los animales y tenía ganas de escribir un artículo sobre el asunto a raíz de una cosa que me sucedió hace no mucho

Un amigo me dijo por Facebook que los animales no piensan en un propósito en su vida, que solo viven y luchan por seguir viviendo, y que los humanos nos creemos muy superiores a los animales como si tuviéramos un propósito especial, un propósito que nace en nuestro ego.

Todo cuanto tiene vida en el planeta tiene un propósito especial, en el humano no es un propósito que nazca del ego si no de una conciencia superior y colectiva a la vez. Mente (ego) y Conciencia no son lo mismo, pero una necesita a la otra para reflejarse y evolucionar. La mente es el ser que habita el cuerpo-cerebro y lo gobierna.

La conciencia, es la entidad que utiliza al cuerpo para expresarse y transcender a un plano interior elevado a través de la experiencia que recoge con el cuerpo físico, unificando, reflexionando, expandiéndose y modificando su estado al darse cuenta, al hacerse consciente.

Los animales no piensan en un propósito porque no tienen ego, eso mismo hace que los animales se vinculen de una manera tan profunda y sincera con nosotros, y para ejemplo; los perros, los gatos, los lobos, los elefantes y otros animales que han llegado a relacionarse de manera muy cercana con nosotros

En realidad ningún animal lucha, simplemente su tendencia será hacia la vida, orientada por el instinto, por supuesto. Si ellos tuvieran ego no se dejarían maltratar como normalmente lo hacen los humanos, les aseguro que nos comerían vivos y en el acto en venganza por el maltrato. En cambio la gran mayoría son maltratados como es el caso de los perros y ellos siempre vuelven a nosotros como si nunca les hubiéramos hecho daño, ellos no son intencionales ni reflexivamente agresivos cuando les toca.

La mente (ego) en los humanos es la entidad que nos ciñe a la dimensión material, los animales se mueven entre la dimensión cuántica y la material, por eso la simplicidad de sus actos y la gran capacidad que tienen de dar sin recibir tanto a cambio. Pero que los animales no tengan ego o mente no quiere decir que no tengan alma o que su vida no tenga un propósito, ellos también necesitan desarrollar su intuición para dar un salto espiritual a otro mas elevado en el plano divino, pero dependen mucho de su interacción con los humanos con los que se relacionan para lograrlo.

No obstante los animales dotados de ego somos intencionales hasta el punto del peligro y deliberadamente traicioneros y despiadados si queremos, nos guiamos mas por protocolos superfluos y muy poco por la integridad de nuestro ser y del amor puro e incondicional.

Nos da miedo vivir y a un más nos da miedo la muerte y nos aferramos al cuerpo físico creyendo que éste es nuestra esencia, los animales tienden a la vida pero no temen a la muerte. Es por ello que a los humanos esta limitación nos cierra a un entendimiento profundo de la vida después de la muerte física.

Precisamente nuestro propósito en el mundo es prepararnos para volver allá de donde realmente somos, aquí solo venimos a transcender, a desarrollar a un nivel superior nuestra conciencia, pero tenemos que descubrir cómo, a través de la experiencia que recoge nuestra mente y nuestro cuerpo del mundo material.

El que nos percibamos solos por un lado, y que por otro miremos la vida como una lucha constante fue la idea que nos heredó Newton y Darwin, y este es el paradigma que dicta hasta el día de hoy nuestro comportamiento y nuestra forma de ver y comprender el mundo alejándonos de ese objetivo sublime y divino. La física de Newton explica el funcionamiento del universo y en el incluido al hombre basado en la separación, funcionando todo como un artilugio, mientras que la biología de Darwin como una lucha de depredadores en el que o matas o te matan.

Conciben al hombre separado de todo y estresado por la vida, desligado de una inteligencia superior que unifica, organiza y da sentido a todo cuanto existe. La vida no tiene porque ser una lucha ni una búsqueda del confort ni tampoco la evitación del sufrimiento ni del dolor sino un equilibrio armónico entre éstos.

Los humanos no nos creemos superiores, lo que nos pasa es que estamos desconectados de nuestra verdadera naturaleza, de nuestra verdadera esencia, creemos que estamos separados de todo cuanto nos rodea; de la fauna, de la naturaleza, de los otros humanos e incluso creemos que nuestro cuerpo esta separado de nuestra mente. Nos falta mucho camino por recorrer pero necesitamos re-conectarnos para encontrar la razón de nuestra existencia. Nos urge recuperar el equilibrio entre lo intangible y lo tangible que tanto nos hace falta para sentirnos seres humanos completos.

Iris Zavala
Psicóloga clínica y Neuropsicóloga.

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